May

La alienación, la soledad y la frustración sexual son cosas difíciles de aguantar y más cuando uno está hecho de pasión y arrebato. Si no me creen pregúntenle a la señorita May, compañera perfecta del joven Donnie Darko, quien al igual que el amigo de todos los conejitos, vive una agridulce locura que le impide apegarse a la realidad… no… mejor dicho, ella no quiere vivir esta realidad.



Poseído por la sangre que el terror italiano ha derramado sobre su cerebro y siendo un fanático irredento del giallo (observen la escena del cuarto lleno de imágenes de Dario Argento y sus películas), Lucky Mckee logra manufacturar un ejemplo perfecto de las ventajas que da la independencia cinematográfica. Sin distribuidoras voraces, ni productores que a la vez fungen como censores, el señor Mckee dirigió lo que escribió, realizando la mejor película de horror gore que los EE.UU. hayan visto en los últimos años y sí, es un giallo.



Tomando influencias del ya citado Argento, Mckee bebe también de películas como Macabro de Lamberto Bava (libertad a los necrófilos) y Dellamorte Dellamore de Michele Soavi (sobre todo de ese amor pútrido y enfermizo pero hermoso que muestra la cinta) para contarnos una historia donde la protagonista decide que si el mundo no la va a aceptar entonces ella creará su mundo, o como May lo dice “Si no puedes encontrar al amigo perfecto entonces fabrícalo”.



Interpretada por una estupenda Angela Bettis, quien es capaz de mostrar todo un corolario de cambios de ánimo, personalidades y terrores, May es el resultado de una madre castrante, dispuesta a sobajar y ridiculizar a su niña nomás por el hecho de no ser perfecta físicamente, lo que la aísla de los demás niños. Cuando la madre le regala una muñeca que May no puede jugar, ese obsequio se convierte en el depositario de sus frustraciones, deseos y pensamientos, además de convertirse en su consejera y maestra. La tristeza que acompaña la vida de May no es razón para su extraño comportamiento, pero toda esa rabia escondida necesita una forma de escapar, la muñeca se convierte entonces en la conciencia y comienza la liberación de la bestia interna. Desde que inicia la película sabemos que algo sangriento va a ocurrir, lo que no sabemos es como y cuando lo descubrimos ya es demasiado tarde para huir, May nos ha atrapado y no nos dejará escapar hasta tener ese pedazo de nuestros cuerpos que le parece perfecto.

En la mayoría de las películas donde la mujeres deciden tomar venganza de todo aquello que las reprime o hiere, los hombres son los culpables y no es para menos, nomás échenle un vistazo a su propia familia y verán a lo que me refiero. En este caso, los hombres, más que ser culpables directos resultan ser los catalizadores de lo que sucede en la cinta. No se les puede culpar de extrañarse con las raras conductas mostradas por la protagonista, amante de la sangre y del sadomasoquismo extremo (pero del real , no del teatral de cadenas y cuero). Otro punto interesante es el manejo del lesbianismo, que deja a un lado romanticismos ñoños para mostrarnos una promiscuidad deliciosamente calenturienta y quizás más apegada a la realidad (repito, quizás).





Pocas películas logran combinar el estudio de la naturaleza humana, en este caso con un dibujo muy crudo de la soledad y la búsqueda de la identidad, con una violencia explícita sin que caiga en la ridiculez. Pero son menos las que son capaces de mezclarlo con un humor negro y acérrimo, que en la mayoría de los casos se agradece, de otra forma la tensión sería insoportable, además de crear una atmósfera pocas veces percibida. El encanto de la película no es ver la mutilaciones o la sangre correr, tampoco el terror que provocan los diálogos de la muñeca, ni los abusos que cometen los personajes. Su verdadero encanto reside en mostrar lo fácil que es cruzar la línea entre la realidad y la dulce locura asesina.



Y lo que resulta aún mejor es que esta película puede conseguirse en DVD región 4 gracias a Zima Video, que la ha traído para beneplácito de todos lo cinéfagos, así que no hay pretexto, todos aquellos fanáticos del gore o neófitos de la carne y sangre busquen May (rebautizada Muñeca Diabólica para que los espectadores menos avispados sepan de qué va la cosa) y continúen con su onanismo mental. Salud





Arre!